sábado, 14 de abril de 2012

Dime lo que bebes y te diré quien eres

Para leer éste les dejo una típica canción de folklore argentino que me encanta: Una linda zamba
"No confío en las personas a las que no les gusta el vino, que es el fruto mas noble del trabajo de la tierra" me dijo Damian, a lo cual yo pensé: "¡Pero que pelotudez mas grande!".
Esta mañana intentaba estudiar cuando (como de costumbre) algo en la televisión me hizo dispersarme, un canal educativo pasaba un documental sobre el vino y recordé a Damian, mientras me sorprendía a mi misma poniendo agua a calentar para preparar mate, ya que a pesar de ser una orgullosa argentina, no soy muy asidua a esta bebida autóctona de mi pueblo.
En mi país, mas que en otros uno puede inscribirse dentro de una categoría de persona o de grupo etario según lo que bebe. Es un momento único aquel en el que uno como hijo pone el agua a calentar para tomar mate en soledad, luego de haber sido un bebedor de mate dependiente de aquellos que lo bebían a su alrededor y de ver  a sus padres bebiendo mate todas las mañanas y las tardes. Porque el mate es algo que se comparte, es la excusa, de alguna manera une, inspira conversaciones, inspira concentración cuando uno necesita estudiar, acompaña cuando uno lo bebe solo y recompone situaciones incómodas entre dos personas distanciadas, acerca. El  beber mate se aprende porque materializa una conducta cultural bien marcada, se aprende de los padres, de los hermanos, de los primos y de los amigos, el mate se aprehende y - En términos psicogenéticos- se asimila y se acomoda. Entonces cuando uno se levanta una mañana e inconscientemente prende el fuego y pone la pava puede estar seguro de que ha cruzado un umbral, se pasa a otra etapa en la vida. Se terminó, sos un adulto lo suficientemente responsable como para saber que con el mate no se jode, que tomar mate lo llevás en la sangre.
Algo parecido ocurre con el vino y demás bebidas alcohólicas, recuerdo que a los seis o siete años me confundí y me bebí casi un vaso entero de vino blanco pensando que era agua, claro que al momento creí que era lo mas asqueroso que podría uno beber y no entendí el hábito diario de beber aquel cáliz. Hoy en día no puedo decir que conozco mucho sobre el vino pero disfruto de beber una copa  dependiendo de la comida que acompañe y he allí otra etapa superada, otro puente que he cruzado...¡El de la vitivinicultura! Me sorprendí al elegir un "Syrah" por sobre un "Malbec" argentino. Y aquí estoy casi de acuerdo con Damian, y me observo encontrando placer en el agitar la gran copa de vino mientras una luz tenue refleja los rostros medio apagados de mis interlocutores en cualquier fiesta o reunión. Realmente hoy disfruto de este tipo de regalos que la tierra nos da, pero por sobre todo puedo decir que los disfruto porque ambos (el mate y el vino) inspiran, construyen momentos que pueden llegar a ser inolvidables, compartir el mate con amigos extranjeros ha sido un gran placer para mi, es un sello que no se borra, es nuestra marca registrada y es crear un lazo indestructible, al menos para ese momento...que quedará allí en ese espacio-tiempo al que no se vuelve pero que también deja sus secuelas en el tiempo presente.
A colación dejaré algunas de las frases que mas alegría te da escuchar porque significan "compartir":
- "Poné la pava" (lo cual puede ir unido a: "en cinco minutos llego", "llevo facturas", "llevo bizcochitos" o demás delicias) 
- ¿Tomamos unos verdes? (significa que la visita piensa compartir un lindo rato mas con vos) 
- ¿Blanco o tinto? (¡se viene la cena!) 
- "Llevo el mate" ( en una reunión afuera es genial, alguien se acordó de llevarlo porque somos todos unos colgados) 
- Yerba no hay....( Frase de connotación sexual, para algunos es la frase mas anhelada, para otros es la frase tan temida, significa que, ya que el mate es una excusa, algo para hacer...si no hay yerba habrá que hacer otra cosa..."otra cosa" ;) 

miércoles, 11 de abril de 2012

Buenas nuevas

Link para escuchar mientras lees
Tráiganme buenas nuevas amigos, todos ustedes...los que están lejos, los que están a mi lado siempre, los que estuvieron a mi lado y ya no están, cuéntenme por que caminos los lleva la vida, díganme quienes van y adónde son para poder regocijarme con ustedes y recordar que uno sale a la puerta y no sabe nunca a donde lleva ese camino. Estos últimos tiempos han sido de crisis para mi, con muchos altibajos, dudas, preguntas y repreguntas, problemas de salud, del corazón, desilusiones, fracasos y decepción. Aún así se por experiencia que uno no debe dejar de buscar, de preguntarse constantemente si está en el lugar en el que quiere estar, si está guiando su vida de la manera que mas le gusta. 
Una vez escuché una conferencia de un hombre simple, pero admirable en su comprensión de la vida y lo que debe hacer uno con ella, nos preguntó que nos veíamos haciendo de allí a veinte años por placer en nuestros ratos libres, que nos veíamos haciendo por trabajo y que nos veíamos haciendo cuando estuviéramos retirados. Muchos respondieron "Trabajando de abogado, jugando al fútbol en mis ratos de placer y disfrutando de mi familia cuando esté retirado". Luego nos hizo pensar el por qué no buscamos hacer por trabajo y en nuestro retiro, aquello que amamos y que nos da tanto placer y así nos contó su historia. A el le gustaba leer blogs, disfrutaba muchísimo las horas en que se sentaba a recopilar aquellos relatos que lo enriquecían y pensó que sería estupendo hacer algo por la ciudad de Buenos Aires, a la cual llaman la "Ciudad gris", Buenos Aires como toda ciudad grande está llena de gente, que corre, que no te mira, que no te saluda, que quiere desesperadamente llegar a sus casas, entrar en los huecos del subte para perderse entre la multitud, para entrar en la invisibilidad del anonimato y no quedar expuesto ante tantas miradas. Buenos Aires necesitaba felicidad, alegría, buenas vibras de gente común para la gente común, él creó una pequeña revistita que recopila los relatos extraídos de blogs que mas le gustan, anécdotas graciosas, cuentos, historias, etc. Cada tanto leo esta revista cuyo lema es que debés pasarla y no quedártela para esparcir esos quince minutitos que te toma leerla a las personas que necesitan contagiarse de una sonrisa. 
Así es que no paro de preguntarme cada día al viajar durante tres horas para ir y venir del trabajo, mirando el mismo paisaje, las mismas caras dormidas, las manos arrugadas de quien lleva una vida de sacrificios...si esto es para mi, si esto a lo que me dedico es para mi y me da placer, si aquello que estudio es lo que haré toda mi vida entonces me pregunto si es aquello que también disfruto en mis ratos libres y si soy buena para ello, o tal vez me pregunto si soy buena para algo que no haya descubierto aún. No he logrado responderme aún, me desespero y lloro muchísimo, hablo mucho sobre esto con quienes esperan mas de mi. 
Sólo existe una cosa que me llena el alma y puede parecer estúpido pero eso es el amor, el amor hacia las personas, no importa quienes, no importa lo que tengan, quienes hayan sido en el pasado o si no tenemos nada en común, me gusta crear lazos, me gusta vincularme e involucrarme con la humanidad y hablar de las cuestiones mas profundas de la condición humana. No me importó nunca si me han lastimado algunas de esas personas, nunca cambié ni un ápice, nunca pude endurecer mi corazón como me aconsejaba una monja en mi niñez cuando yo sufría por el desaire de algunos...nunca cambié mi esencia y no lo haré. Un amigo a quien ya no veo me dijo que no se puede cambiar y que tampoco uno debía hacerlo, porque llegará un día en que uno lo entregue todo como lo hizo siempre... y quien lo reciba sea alguien que merezca realmente la pena la entrega y si no lo damos todo...esa oportunidad queda flotando en el aire, como una interrogación, una suspensión en el tiempo, un "¿Qué pasó? Ésta no soy yo" que te carcome. De nuevo...no se quien voy, ni adónde soy....pero se como soy, como no puedo ni quiero dejar de ser.