martes, 21 de febrero de 2012

Lo que me gusta


De acuerdo, me gusta estar sola. Me gusta hacer lo que quiero, lo que tengo ganas de hacer y que la gente a mi alrededor se comporte de manera que a mi me complazca, no es mucho pedir si lo piensan con detenimiento, porque sólo me rodeo de personas que me agradan completamente. Desde hace un tiempo me he alejado de personas que he querido mucho, muchísimo…simplemente porque considero que no son malas…pero no puedo decir que ellas fueran buenas. Hay una diferencia sustancial entre “Ser bueno” y “No ser malo”.
A propósito de esta distinción, los jóvenes hoy en día estamos muy expuestos a las redes sociales y recordé un punto específico de la película “Red social” que narra el comienzo de facebook, en esta parte de la película los creadores de dicho sitio estimaban los propósitos de las personas para utilizarlo, evaluaban el mercado digamos y la principal razón que encontraban para que usemos el sitio era la “comparación” con nuestros amigos, conocidos, contactos, ex novios, nueva novia del ex novio, antigua novia del novio actual, hermanos, primos e infinidad de personas con las que nos interesaría competir. Y lamentablemente no se equivocaron, han dado justo con lo que creo que es el punto débil de esta humanidad descontenta consigo misma, necesitada de aprobación. Al ser tan reflexiva, hay momentos en que simplemente no me siento bien en compañía de alguien y no descanso hasta encontrar el por qué. La razón principal suele ser la sensación de falta de autenticidad en su desenvolvimiento, es algo sutil que lamento decirlo a mis lectores masculinos, pero sólo lo notamos las mujeres, llámennos complicadas, víboras, chusmas, criticonas o como quieran…pero deben admitir que cuando alguien no es digno de confianza, somos las primeras en advertirlo.
La verdad acerca de esto es que me gustaría ser mas simple en mis elecciones amistosas, creo que la ignorancia nos hace a veces mas felices y que no hay frase mas verdadera que la que versa: “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Muy bien, luego de mucho análisis llego a la conclusión de que las virtudes están siendo confundidas últimamente, pero yo tengo mi propia lista de personalidades atractivas.
-Ser un excéntrico no te hace inteligente,  te hace un rebuscado, lo mismo ocurre con la “rareza” o querer parecer “exótico”. Y no considero que la humildad deba ir separada de la inteligencia, si sos inteligente y necesitás demostrarlo, para mi sos un idiota.
-La gente buena de verdad no es sólo aquella que tiene entre sus virtudes el ser solidarios, la solidaridad sólo es una parte y vaya que conozco gente solidaria y sonriente que no duda en hablar mal de todo el mundo a su alrededor y pasarse toda una velada criticando y elaborando quejas. La gente buena es buena porque le gusta hacer el bien y punto, la gente buena es dulce y paciente, no critica si no es constructiva y cuando hace el bien, acepta que es sólo una parte para mejorar la condición humana y  que los gobiernos y los sistemas serán siempre una mierda, sin por eso dejar de ayudar.
- La gente linda es todo un capítulo aparte, yo les diré lo que me parece lindo, para ello debo recordar características lindas de personas que me haya cruzado, y lo que mas me cautiva son las sonrisas, esas sonrisas que a mi me gusta llamarlas “fuera de foto”, son sonrisas gratuitas, casuales, espontáneas y sin momento oportuno, son sonrisas que sólo las visten las personas que brillan, a veces me equivoqué claro…y lo que brillaba eran sólo sus dientes.- Y volvemos a lo de mostrar, no se necesita mostrar y demostrar lo lindos que somos todo el tiempo en fotografías, videos, poses. Esto lo sabemos todos, todos lo decimos y sin embargo la gran mayoría continúa admirando la superficialidad.
La apreciación de las personas divertidas es subjetiva, a mi me divierten las personas que siempre tienen ganas de hacer cosas, iniciativa propia para decir lo que les gusta pero que no presionan para hacer lo que ellos quieren.
Y luego hay dos categorías que merecen un capítulo aparte: La valoración del éxito y de la felicidad. Lo describiré de manera simple: El éxito no se mide por cuanto se tiene, se gana o se ha logrado, el éxito mayor en mi opinión tiene que ver con la buena administración de lo que yo llamo “humanos recursos” si, es todo aquello que traemos con nosotros, es lo que hicimos con lo que hicieron de nosotros, los modos que encontramos de sobrevivir a las tribulaciones, de solventar nuestras propias vidas, si el éxito se midiera de otra manera sería el privilegio de unos pocos y la mayor parte de la humanidad se iría a la tumba siendo fracasada, lo cual ya me parece que con lo que sucede con la riqueza ya tenemos bastante. Y la felicidad, aún me sigo preguntando que es. No me da vergüenza decir que no soy feliz, del mismo modo que no debería avergonzarme decir que no estoy enamorada, que no hay nadie a quien yo ame, porque considero que la felicidad es un estado, así como el amor, que encontramos de manera imprevisible. Tanto la felicidad como el amor me parecen dos conceptos de los cuales no podemos encontrar un correlato físico ni uno abstracto, pero aún así los ideamos y hay algo a lo que le llamamos felicidad, algo a lo que le llamamos amor y algo a lo que le llamamos vida. Pero no nos ponemos de acuerdo en su definición. ¿La vida es respirar, el amor besar y la felicidad reir? No, son sólo sus expresiones. Pero los tres conceptos tienen algo en común, hay que sentirlos. Yo prefiero pensar que son estados, Felicidad y Amor son estados frágiles, para algunos duraderos, para otros no tanto, pero coincido en algo con los teóricos de la autosuperación: No es necesario un otro para amar ni para ser feliz, así como el amor es nuestro, lo sentimos y elaboramos de manera individual, tal vez inspirado por una musa, tal vez como algo que siempre estuvo allí, casi como una virtud, y es un arte como bien decía Fromm, la felicidad tiene las mismas características, pero igualmente no confío en aquellos que me dicen: Yo elijo ser feliz cada día. No querido…vos elegís hacer lo que te gusta e ignorar lo que te hace sentir mal, eso no es exactamente lo que te hace ser feliz, felices nos hace la posibilidad de elección, la libertad a la que igualmente estamos condenados y ejercerla….para nuestro bien. La felicidad llega sola, como un premio, como un alivio, como una caricia o quizás un regalo.

lunes, 20 de febrero de 2012

El vuelo de las mariposas



Advertencia: El presente texto tiene alto contenido metafórico

El atrapar mariposas es un juego de niños. Las mariposas son llamativas, tienen hermosos colores, un aleteo sensual, un vuelo seductor, generalmente vuelan solas y son esquivas a los encantos de las flores que pasan desapercibidas, pero les gusta posarse sobre ellas también, esas flores ansían ser tenidas en cuenta por la mariposa, abren sus capullos para mostrar su interior, resaltan su aroma esperando que la mariposa lo note, pero la mariposa nunca pasa mucho tiempo posada sobre la misma flor, eso es lo que ellas no parecen prever.

Esto aparece grotesco para las otras plantas del jardín, esas que no dan flor. 

Otro detalle importante sobre las mariposas es que sólo viven unas pocas semanas, siempre al límite y sin pensar en el futuro, como si supieran de su efímera existencia. Algo notable es que los mosquitos también viven muy poco tiempo, así sucede como si la naturaleza se encargara de desechar lo que no tiene una misión tan importante en la Tierra.

Las mariposas son hermosas y llamativas, están allí para que admiremos su belleza, su gracia, para ser hipnotizados por su vuelo por un rato, pero el intentar cazarlas es un juego de niños...¿Para qué encerrar a una criatura cuya existencia es tan efímera? Yo prefiero las abejas, que trabajan hasta el cansancio, que conservan lo mejor de cada flor y con ello fabrican dulzura, que poseen un lenguaje único, cazar mariposas es un juego de niños...y yo ya crecí.

miércoles, 15 de febrero de 2012

C'è un fiore...creo que me ha domesticado.


-¡Buenos días! -dijo el zorro.
-¡Buenos días! -respondió el principito que se volvió pero no vío nada.
-Estoy aquí, bajo el manzano -díjo la voz. 
-¿Quién eres tú? -preguntó el principito -. ¡Qué bonito eres!  
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.
-¡Ah, perdón! -dijo el principito.
Pero después de una breve reflexión, añadió:
-¿Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?
-Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?
-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
-No -díjo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.
-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear lazos... "
-¿Crear lazos?
-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
-Comienzo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...
-Es posible -concedió el zorro-, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.
-¡Oh, no es en la Tierra! -exclamó el principito.
El zorro pareció intrigado:
-¿En otro planeta?
-Sí.
-¿Hay cazadores en ese planeta?
-No.
-¡Qué interesante! ¿Y gallinas?
-No.
-Nada es perfecto -suspiró el zorro.
Y después volviendo a su idea:
-Mi vida es muy monótona.  Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sól. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.
El zorro se calló y miró un buen rato al principito:
-Por favor... domestícame -le dijo.
(...)
-¿Qué debo hacer? -preguntó el príncipito.
-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
El principito volvió al día siguiente.
-Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejempló, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la feliçidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunça sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
(...)
De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando eI día de la partida:
-¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré.
-Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...
-Ciertamente -dijo el zorro.
- Y vas a llorar!, -dijo él principito.
-¡Seguro!
-No ganas nada.
-Gano -dijo el zoro- he ganado a causa del color del trigo.
Y luego añadió:
-Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
-No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
-Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
Y volvió con el zorro.
-Adiós -le dijo.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple :Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.
-Lo esencial es invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse.
-Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.
-Es el tiempo que yo he perdido con ella... -repitió el principito para recordarlo.
-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...
-Yo soy responsable de mi rosa... -repitió el principito a fin de recordarlo
Antoine de Saint-Exupéry

sábado, 11 de febrero de 2012

Inteli-gente


El concepto de inteligencia emocional es el estandarte moderno de la psicología de la conducta,  o mejor dicho de la psicología cognitiva hoy día. Se dice que es mas importante que el cociente intelectual, ya que permite que seamos productivos al deshacernos de las emociones que nos inmovilizan, que perjudican al buen desempeño en la vida, claro…para los norteamericanos no es bueno un empleado enamorado, deprimido o melancólico, eso no va con el capitalismo, no.
Todo muy lindo con el concepto que popularizó Daniel Goleman, pero es desastroso ver como se malinterpreta, la mayor parte de la población toma este concepto como la exhortación a ser mas individualistas, sin contar el monto de presión que se ejerce socialmente sobre aquellos que “no manejan bien sus emociones”. El efecto que produce atender a este tipo de lecturas de tinte “autosuperador” es el de culparse uno mismo por no poseer inteligencia emocional suficiente, al notar que aún nos preocupan las tribulaciones de la vida o bien, el surgimiento de personalidades dispuestas a demostrar por todos los medios que han alcanzado el “nirvana” de la inteligencia emocional.  Es al encontrarme con este último grupo de personas que me pregunto si realmente alguien que está superado, que es equilibrado, alguien a quien nada perturba realmente necesita estar gritándolo a los cuatro vientos o tal vez…escribir todo el tiempo en las redes sociales preferidas, cuánto odian tal o cual actitud mundana. Es al cansarme de ver cuantas personas comparten mas sus pensamientos de odio por aquello que consideran inadecuado, insoportable y hasta despreciable que me pregunto si realmente esas personas son mejores, o mas capaces de vivir que aquellas que a su entender son ineptas, patéticas, mediocres u oprimidas y envidiosas. Veo así que les
molestan las personas que tienen problemas, que piden ayuda, que piden opiniones y consejos. No les sirven aquellos que se ven paralizados por la pérdida, el duelo o la incertidumbre.
A mi me gusta la gente común, la que tiene problemas y que pide ayuda, la que entiende que es una contradicción el pregonar que se ha superado la vida y vivir quejándose de lo que molesta de los demás, la que cree que las dificultades son inherentes al ser humano y que condimentan la vida, que con cada triunfo que llega se sienten aliviados y comparten sus alegrías con aquellos que les ofrecieron su apoyo. Tal vez por esto elijo mi profesión, por sentir cuales son las cosas que ponen a llorar a un alma, a un corazón, que ponen a pensar a las mas ávidas cabezas, que destrozan hasta el mas alegre sentido del humor…y poder ayudarlos.
No me siento bien entre personas que quieren dar lecciones cuando no se las han pedido, eso no es haber superado la vida, ni haber aprendido a vivir. Aprender a vivir implica tolerar las diferencias existentes, callar las cosas negativas que tengamos que decir si no son críticas constructivas, a todos nos molestan muchas actitudes e incluso podemos categorizarlas, agruparlas toditas en un fichero, pero ellas llegarán solas a nosotros y la actitud mas inteligente que podemos tomar, es la de alejarnos de quienes nos hacen mal, o no nos gusta. He allí mi concepción de la inteligencia emocional. Nadie es tan robot como para poner a sus emociones a ser autodeterminadas, nadie es tan perfecto como para no sentirse nunca perdido y nadie es tan autosuficiente como para no necesitar nunca la ayuda de nadie.