De acuerdo, me gusta estar sola. Me gusta hacer lo que
quiero, lo que tengo ganas de hacer y que la gente a mi alrededor se comporte
de manera que a mi me complazca, no es mucho pedir si lo piensan con detenimiento,
porque sólo me rodeo de personas que me agradan completamente. Desde hace un
tiempo me he alejado de personas que he querido mucho, muchísimo…simplemente
porque considero que no son malas…pero no puedo decir que ellas fueran buenas. Hay
una diferencia sustancial entre “Ser bueno” y “No ser malo”.
A propósito de esta distinción, los jóvenes hoy en día
estamos muy expuestos a las redes sociales y recordé un punto específico de la
película “Red social” que narra el comienzo de facebook, en esta parte de la
película los creadores de dicho sitio estimaban los propósitos de las personas
para utilizarlo, evaluaban el mercado digamos y la principal razón que
encontraban para que usemos el sitio era la “comparación” con nuestros amigos,
conocidos, contactos, ex novios, nueva novia del ex novio, antigua novia del
novio actual, hermanos, primos e infinidad de personas con las que nos
interesaría competir. Y lamentablemente no se equivocaron, han dado justo con
lo que creo que es el punto débil de esta humanidad descontenta consigo misma,
necesitada de aprobación. Al ser tan reflexiva, hay momentos en que simplemente
no me siento bien en compañía de alguien y no descanso hasta encontrar el por
qué. La razón principal suele ser la sensación de falta de autenticidad en su
desenvolvimiento, es algo sutil que lamento decirlo a mis lectores masculinos,
pero sólo lo notamos las mujeres, llámennos complicadas, víboras, chusmas,
criticonas o como quieran…pero deben admitir que cuando alguien no es digno de
confianza, somos las primeras en advertirlo.
La verdad acerca de esto es que me gustaría ser mas simple
en mis elecciones amistosas, creo que la ignorancia nos hace a veces mas
felices y que no hay frase mas verdadera que la que versa: “Ojos que no ven,
corazón que no siente”. Muy bien, luego de mucho análisis llego a la conclusión
de que las virtudes están siendo confundidas últimamente, pero yo tengo mi
propia lista de personalidades atractivas.
-Ser un excéntrico no te hace inteligente, te hace un rebuscado, lo mismo ocurre con la “rareza”
o querer parecer “exótico”. Y no considero que la humildad deba ir separada de
la inteligencia, si sos inteligente y necesitás demostrarlo, para mi sos un
idiota.
-La gente buena de verdad no es sólo aquella que tiene entre
sus virtudes el ser solidarios, la solidaridad sólo es una parte y vaya que
conozco gente solidaria y sonriente que no duda en hablar mal de todo el mundo
a su alrededor y pasarse toda una velada criticando y elaborando quejas. La
gente buena es buena porque le gusta hacer el bien y punto, la gente buena es
dulce y paciente, no critica si no es constructiva y cuando hace el bien,
acepta que es sólo una parte para mejorar la condición humana y que los gobiernos y los sistemas serán siempre
una mierda, sin por eso dejar de ayudar.
- La gente linda es todo un capítulo aparte, yo les diré lo
que me parece lindo, para ello debo recordar características lindas de personas
que me haya cruzado, y lo que mas me cautiva son las sonrisas, esas sonrisas
que a mi me gusta llamarlas “fuera de foto”, son sonrisas gratuitas, casuales, espontáneas
y sin momento oportuno, son sonrisas que sólo las visten las personas que
brillan, a veces me equivoqué claro…y lo que brillaba eran sólo sus dientes.- Y
volvemos a lo de mostrar, no se necesita mostrar y demostrar lo lindos que
somos todo el tiempo en fotografías, videos, poses. Esto lo sabemos todos,
todos lo decimos y sin embargo la gran mayoría continúa admirando la
superficialidad.
La apreciación de las personas divertidas es subjetiva, a mi
me divierten las personas que siempre tienen ganas de hacer cosas, iniciativa
propia para decir lo que les gusta pero que no presionan para hacer lo que
ellos quieren.
Y luego hay dos categorías que merecen un capítulo aparte:
La valoración del éxito y de la felicidad. Lo describiré de manera simple: El éxito
no se mide por cuanto se tiene, se gana o se ha logrado, el éxito mayor en mi
opinión tiene que ver con la buena administración de lo que yo llamo “humanos
recursos” si, es todo aquello que traemos con nosotros, es lo que hicimos con
lo que hicieron de nosotros, los modos que encontramos de sobrevivir a las
tribulaciones, de solventar nuestras propias vidas, si el éxito se midiera de
otra manera sería el privilegio de unos pocos y la mayor parte de la humanidad
se iría a la tumba siendo fracasada, lo cual ya me parece que con lo que sucede
con la riqueza ya tenemos bastante. Y la felicidad, aún me sigo preguntando que
es. No me da vergüenza decir que no soy feliz, del mismo modo que no debería
avergonzarme decir que no estoy enamorada, que no hay nadie a quien yo ame,
porque considero que la felicidad es un estado, así como el amor, que
encontramos de manera imprevisible. Tanto la felicidad como el amor me parecen
dos conceptos de los cuales no podemos encontrar un correlato físico ni uno
abstracto, pero aún así los ideamos y hay algo a lo que le llamamos felicidad,
algo a lo que le llamamos amor y algo a lo que le llamamos vida. Pero no nos
ponemos de acuerdo en su definición. ¿La vida es respirar, el amor besar y la
felicidad reir? No, son sólo sus expresiones. Pero los tres conceptos tienen
algo en común, hay que sentirlos. Yo prefiero pensar que son estados, Felicidad
y Amor son estados frágiles, para algunos duraderos, para otros no tanto, pero
coincido en algo con los teóricos de la autosuperación: No es necesario un otro para
amar ni para ser feliz, así como el amor es nuestro, lo sentimos y elaboramos
de manera individual, tal vez inspirado por una musa, tal vez como algo que
siempre estuvo allí, casi como una virtud, y es un arte como bien decía Fromm,
la felicidad tiene las mismas características, pero igualmente no confío en
aquellos que me dicen: Yo elijo ser feliz cada día. No querido…vos elegís hacer
lo que te gusta e ignorar lo que te hace sentir mal, eso no es exactamente lo
que te hace ser feliz, felices nos hace la posibilidad de elección, la libertad
a la que igualmente estamos condenados y ejercerla….para nuestro bien. La
felicidad llega sola, como un premio, como un alivio, como una caricia o quizás
un regalo.