lunes, 16 de julio de 2012

Me pongo mis zapatos

Frida Kahlo me hizo pensar hace unos días. Como ella, que se pintaba a si misma porque era aquello que mas conocía de la realidad, yo escribo para aprender, para aprenderme, para poner en práctica y reflexionar. Escribo como quien le habla a un otro frente a su propio rostro ante el espejo y practica estrategias, prueba distintas frases, estima reacciones, se pone en otros zapatos. Yo me pongo mis zapatos, pero me resulta mas difícil que ponerme los zapatos de otro. Mis zapatos son siempre pesados, van mojados y están despegados, necesitan un remiendo definitivo o un cambio.
Es difícil probarse zapatos y elegir, es difícil comprar un par de zapatos, por eso las mujeres queremos muchos pares, de todos los colores, para cada ocasión y que nos ayuden a elegir.
No importa si no se entiende la metáfora...yo escribo para ponerme mis zapatos y en esta ocasión no los encuentro, o tal vez sí sé donde están escondidos, donde los dejé... pero yo hace tiempo que me deshice de muchos zapatos y me quedé con pocos y ahora quiero ponerme sandalias en un clima invernal...error.
Y hablando de zapatos lo que sucede es que yo me creía cenicienta y que el príncipe de ocasión tenía un zapato de cristal para probarme, pero la realidad es que él sólo quiere quitarme los zapatos...y el resto de las prendas...y nada mas.
Dicho esto creo que debería ser yo la que posea un zapato para probar a distintos príncipes...y a éste...definitivamente mi zapato no le queda...

domingo, 15 de julio de 2012

Mientras el sol se muere

Canción: Y mientras tanto el sol se muere

Nos vamos a volver a encontrar amor, verás
verás que el sol no muere antes de volver a vernos
verás que no importa si me ves en otras caras, en otras calles
bajo el brillo de otras estrellas, sobre otra tierra, bajo la Cruz del Sur o bajo Canes Venatici
Verás que vuelvo a verte, a mirarte con otros ojos, en otros ojos...
Verás que vuelves a besarme en otros colores, con otros tintes, bajo la luz de otras lámparas
 entre distintas sábanas.
En otro mapa...
No podrás distinguir en la oscuridad, porque nos cegará otro brillo.
No me vas a reconocer, porque nunca antes nos habremos visto.
No te voy a recordar, porque no habré necesitado olvidarte.