domingo, 8 de enero de 2012

El paisito de la queja


Una vez por la mañana visité este país del que les voy a hablar. Era el país de la queja, se llamaba: Quejalandia y sus habitantes tienen un comportamiento muy particular, no existen los modales ni las reglas de comportamiento básico, hay un lenguaje propio, la dialéctica de la queja. Los pobladores de dicho país se comunican mediante la queja, así si uno necesita pan de la panadería simplemente se dirige al panadero quejándose de que le falta pan, con bombos y platillos pero no de los que festejan....de los otros, los que hacen barullo no mas...y a veces usan cacerolas a fines de conseguir aquello que creen merecer. Porque en Quejalandia se educa a los niños a “decirle a la maestra” cuando algo no anda bien con un compañerito, las madres al ver las bajas notas de sus eminentes criaturas se quejan con la maestra también, claramente ella es la responsable del bajo rendimiento de los pequeños Einsteins, lo mismo ocurre si el niño adquiere algun comportamiento fuera de lugar que utiliza en la casa...queja a la maestra. Simple, claro...todo se resuelve. Bueno, no. Pero “Es lo que hay que hacer” para que las criaturas crezcan con el buen ejemplo. Otra peculiaridad de Quejalandia es la manera de pedir trabajo e igualdad de oportunidades, las personas simplemente se reúnen bajo la orden de organizaciones destinadas a defender los derechos de los trabajadores, estas organizaciones cuentan con un líder máximo que lleva las quejas a las autoridades del país, quienes les temen, porque al menos una o dos veces al mes estas personas asociadas a estas organizaciones, llevan a cabo “Rituales de queja” esto es: Se reúnen en plazas o lugares públicos transitados, lugares donde sean mas visibles cargando con banderas que versan sobre las organizaciones a las que pertenecen, porque dependiendo de que centro de quejas vengan, se les asigna un “campo de quejas” por las que deben velar, también llevan bombos, capuchas y palos amenazantes, es la vestimenta reglamentaria. Este ritual tiene otro fin además del de llevar las quejas a las autoridades, el de propulsar nuevas quejas, es algo como interactivo, así el pueblo que no participa del ritual, se ve incluído al verse obligado a quejarse de no poder transitar por la calle donde se realiza el ritual, de no llegar a tiempo al trabajo, de no poder llevar a los niños a la escuela (Porque es el día exclusivo de queja de los maestros, quienes por supuesto también tienen una queja asignada) Así es la enculturación en este país: Entonces esos habitantes participantes indirectamente en el ritual, se ven inspirados del espíritu y llevan las quejas a sus casas, descargando esta vez las quejas en su familia, así supongamos que el padre llega de mal humor porque tuvo que atravesar uno de estos rituales (Reglamentados, la ley los permite y los alienta desde la universidad en las agrupaciones estudiantiles quienes se encargan de ir preparando a los alumnos para su futuro como ciudadanos responsables y portadores de la queja) entonces se queja con su esposa de lo mal que le fue en el día, la mujer a su vez se queja de que habían quedado en ir a cenar a casa de unos amigos y ya no podrán asistir porque el marido ha llegado muy tarde, de esta manera se hace un círculo de la queja, donde los hijos aprenden cómo debe comportarse uno en la vida al ver quejarse a sus padres, nada de buscar soluciones, nada de agruparse para construir  propuestas tendientes a mejorar la calidad de vida, la organización política y la distribución de la riqueza, nada de orientarse hacia el logro del bien común, en este paisito si que tenían un método para que todo funcionara como un relojito.

1 comentario:

  1. I like your text. In my country also have this problem. I think in the all world have this problem but we must begin to change that.

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